German Valenzuela S |
Por:
Germán Valenzuela Sánchez
Observar
una cabeza cana,
es ver una vida bien llevada,
una
antorcha en alto iluminada,
una nube blanca que camina.
Hilos
blancos en la frente,
siempre
marcan la mirada,
de un largo vivir
inteligente,
y alegrías en el alma bien llevadas.
Hilos
que asoman de repente,
no son
dignos de esconder,
son finos
y hermosos diamantes,
que en la
vida dan el recorrer.
Estos
hilos blancos son eternos,
nunca vuelven a cambiar,
qué
belleza una cabeza cana,
se
lleva firme y señorial.
Cabellos
blancos de hombre,
cabellos
blancos de mujer,
ellos dan
lumbre a toda hora
de experiencia, y de saber.
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